lunes, 26 de abril de 2010

Crónicas desde España. Capítulo XV: ¡Ese carácter tío!

 

Yo recuerdo cuando estábamos en el colegio y mi amigo Toño Montes oriundo de la zona madrileña de Torrejón, provocaba molestias varias en las personas que lo venían conociendo producto de su carácter directo y de su manera de enfrentar la vida (Elmer gruñón le decían). Cual fue nuestra sorpresa cuando luego de arribar a Madrid notamos que nuestro amigo Toño Montes no era “especial”, simplemente era representativo de su tierra.

Los españoles en su gran mayoría son personas muy amables y dispuestas a prestarte su ayuda en el momento en que lo necesites. Desde que llegamos acá hemos notado la calidez con que te tratan y lo cercanos que son. El tema es que un español es muy diferente de un chileno en la manera de expresar su desacuerdo frente a una situación determinada. No me olvido de una frase del papá de la Nohelia que dice mucho de nosotros los chilenos, “tu le puedes decir lo que quieras a alguiLan Chileen pero en forma de broma, porque con la buena onda se puede decir todo” y vaya que tiene razón. Nosotros preparamos la zona antes de tirar la bomba para que no cause mucho daño colateral…

El problema es que los Españoles no son así, ellos son directos y muy poco formales para comunicar su desacuerdo. Incluso al principio te molesta (como nos molestaba a todos cuando el Toño Montes se ponía reclamar), pero luego entiendes que es la misma frase que te dice un chileno cuando te encara, claro está que sin la diplomacia nuestra.minoria Con el tiempo tú también vas queriendo perder la broma de por medio para decir las cosas, pero es difícil, no es lo tuyo, al final eso si y como todo en la vida yo pienso que uno se acostumbra.

   Los dejo ahora con un chistecito sobre aquello de la “buena onda”, es decir “preparar la zona antes de tirar la bomba”.

“Un padre entró en la pieza de su hija y encontró una carta sobre la cama. Con la peor de las premoniciones la leyó mientras le temblaban las manos:
"Queridos papá y mamá,
Con gran pena y dolor les digo que me he escapado con mi nuevo pololo. He encontrado el amor verdadero y es fantástico. Me encantan sus piercings, cicatrices, tatuajes y su gran moto. Pero no es sólo eso: estoy embarazada y el Yóni dijo que seremos muy felices en su pobla. Quiere tener muchos más niños conmigo y ese es uno de mis sueños. He aprendido que la marihuana no daña a nadie y la vamos a cultivar para nosotros y nuestros amigos. Ellos nos proporcionan toda la cocaína y pasta base que queremos. Entretanto rezaremos para que la ciencia encuentre una cura para el SIDA, para que el Yóni se mejore. Se lo merece. No te preocupes por la plata: el Yoni lo ha arreglado para que participe en las películas que sus amigos Brayan y Maikel ruedan en su sótano. Por lo visto puedo ganar 50 lucas por escena, 50 más si hay más de tres hombres en la escena y 50 más si participa un caballo. No te preocupes mamá. Ya tengo 15 años y sé cómo cuidar de mi misma...Algún día los visitaré para que puedan conocer a sus nietos.
Con cariño. Su querida hija.
P.D.: Papi, es una broma. Estoy viendo la tele en casa de la vecina. ¡Sólo quería mostrarte que hay cosas peores en la vida que mis notas, que te adjunto a la presente”.

jueves, 15 de abril de 2010

La tele y el misterioso caso de una preferencia vocacional

 

Cuando yo era pequeño recuerdo que uno de mis principales dramas existenciales (a esa edad yo creo que ya se pueden tener dramas existenciales), radicaba en que yo quería volver a vivir a África para filmar documentales de animales, pero con todos mis grandes amigos que tenía en Chile, esto por que para mi y para mi prima Ita (¡¡¡FELIZ CUMPLE LAURI!!!) era un vicio ver la serie documental  El hombre y la tierra (de Félix Rodríguez de la Fuente)  que semana a semana daban en la mañana en el canal 13 (también fueron un vicio los caballeros del zodiaco, que como un reflejo de mi temprana obsesión por las cosas, la grabamos entera en VHS). 

Aunque la serie nunca trató sobre animales africanos (ya que se centró en Sudamérica, Norteamérica y la Península Ibérica), fue un fuerte elemento conductor vocacional, tanto que me llevó a volverme un  adicto de los documentales de animales. Así más tarde conocí las series de la naturaleza emitidas por la National Geographic y con eso sumado al taller de ecología del profe Pedro Muñoz y las idas a colectar bichos con mi viejo, quedé marcando ocupado de por vida con el comportamiento animal…

Ya más grande la sociedad de los poetas muertos (¿cuantos profes existen gracias a esa película?) y la literatura en general casi cambiaron el curso natural de mi vida vocacional, pero al final me reencausé con un cambio de carrera. Estudiando pedagogía en biología me hice amigo de mi compadre Chalo, el me invitó a ostentar el poco glamoroso cargo de “ayudante del ayudante” en el curso de zoología, acepté y ahí conocí al Profesor Marcial junto a su proyecto de la agresión escolar. Después me fui a trabajar a la cordillera con las abejas del  profesor Luis Flores y ahora estoy aquí, por esas cosas de la vida que no se pueden explicar más que a través de una extraña serie de eventos concatenados, junto al profesor Carlos Gil, inmerso en el mundo de la etología, es decir y como dijo Nikolaas Tinbergen del "estudio de las bases biológicas de la conducta”.

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jueves, 1 de abril de 2010

Mi Hobby Fantasma: La pesca

 

El otro día me desperté en la mañana muy contento había tenido un sueño con mi hobby fantasma, ese que uno siente como que si dominase con suma experticia pero que en realidad no practica casi nunca.

DSCN4269 Mi  hobby fantasma es la pesca, si, aquel  entretenido pasatiempo en que te sientas a esperar que un pez despistado se tope con la carnada y te entregue algunos segundos de acción con su posterior deleite de comer lo que sacaste del agua. Yo pienso que mi gusto por la pesca es el resultado de la fuerte influencia que tuvieron en mi vida las historias de mi abuelo al que le encantaba pescar.  Mucho además tiene que ver el viejo y el mar de Hemingway (no me puedo sacar a Anthony Quinn en el papel del viejo, me mató la imaginación que me había dado el libro) y Moby Dick que fue además el primer libro serio que leí.

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Bueno, como les decía…  En eso estaba yo, meditando sobre la pesca cuando me acordé de que el gran momento pescador de mi vida lo viví en un inolvidable verano que pasé con mi prima y unos amigos en la Isla de Juan Fernández. Nos fuimos con maletas y poca plata, dispuestos a jugarnos todas las cartas, a vivir con lo que sacásemos y a conocer las maravillas de la isla. En ese verano pescamos mucho, casi todos los días salíamos por algo al mar y nos volvimos tan expertos que al retornar al continente le dejamos el refrigerador lleno de pescados a mi madre. El mejor momento del verano fue cuando sacamos un mega-pescado del agua gracias a la omnipresente ayuda del Manolé, un amigo isleño que nos guió paso a paso en el proceso DSCN4277de captura. Fue un momento tan espectacular que superó a otro que viví el último día antes de venirnos; Estaba yo en el muelle y otro mega pescado picó (eso si no era tan grande como el que sacamos entre todos), comencé a sacarlo del agua pero cuando ya estaba casi alcanzando el borde del muelle se soltó y cayó de vuelta al mar. Manolé que vio mi cara de frustración y me dijo “aun no estabai preparado para ese pescado, cuando vuelvas algún día quizás lo estés”. Oh!, solo le faltaron la cascada y los lotos en el agua por que ese fue mi gran momento de sabiduría con la pesca. 

Definitivamente la pesca es mi hobby fantasma, gracias a ella tendré por siempre  la ida a pescar con mi abuelo a la piscicultura en que casi nos comieron los mosquitos, el veraneo en pintué con mis viejos y mis tíos (“los compadres”), aquella tarde en Valdivia en que nos fuimos encañados a pescar robalitos y el Rómulo (maldito suertudo) sacó el último pescado de la tarde sin siquiera esforzarse, P2150024jajajaja el día aquel en que con el guatón y la Nohe competimos sacando merluzas en un barco frente a la bahía de Coquimbo y el guatón no sacó ni uno,  la tarde inolvidable  que pasamos sacando pescados de roca en algarrobo junto al Emilio y su papá (señor halcón) (para que contarle como estaba el caldillo levanta-muertos) y el día en que frente a cualquier pronóstico, en vez de pescar pecados, sacamos con mis amigos una polera en el muelle de Niebla (la excusa fue que es más fácil sacar un pescado en el agua que una polera. Si no me creen piensen  ¿de que hay más en el mar?).