sábado, 29 de agosto de 2009

Las crónicas desde España: Viviendo dos veranos


"El verano está caracterizado por tener los días más largos y los rayos solares con menor inclinación, por lo que las temperaturas son las más altas del año."

Fuente Wikipedia.

Verano en Madrid con la Sisi


En Madrid el verano es una estación en que caen los pavos fritos, los perros, los gatos y ocasionalmente una que otra persona. Es una estación en que si no tienes aire acondicionado sencillamente te hundes en un calor que como si de un ritual se tratase, tiene el mágico poder de atraear a las cervezas. Pero no todo es calor, durante el verano se puede descansar del ajetreado ritmo que tiene la capital de Europa en que la gente camina más rápido (esto es un dato real). Por un par se semanas se puede entrar a las calles principales y conversar sin el ruido fatigante de los vehículos, por un par de semanas los locales se vuelven locos y Europa parece más barato que Chile. En fin, el verano en Madrid está lleno de actividades, diversiones y promociones, las que hacen que aunque la capital de España no tenga mar, sea un lugar increíble para estar, ya que atracciones no le faltan (nótese el panda gozando Agosto atrás de las modelos).


Verano en Carboneras con los tíos


Por otra parte la escapa mediterránea (siguiendo las huellas de mi abuela), permite llenarte de un ambiente diferente, meterte en un paisaje seco y desolado (por eso filmaban los westerns y Lawrence de Arabia en esta parte del mundo), pero que extrañamente te soprende con un clima tropical, que de golpe te hace pensar que estás en otra parte del mundo y no en la Europa que todos imaginamos (con armaduras y frío). Esa acalorada desolación paisajística, rápidamente es descuartizada por casas blancas de puertas azules y techos planos, que brotan a borbotones a lo largo de la costa y de las que salen esos que disfrutamos de esta antigua invención llamada vacaciones, pero que solamente hace menos de un siglo está con los que no somos nobles.

El verano 2009 se fue, eso si nos dejó el bonito recuerdo de la visita de la sisi y los maratonescos paseos que realizamos. También nos cargó las pilas con el merecido descanso que nos dimos en Carboneras junto a los tíos y mis primos.

Finalmente durante este verano pudimos recorrer mucho, conocer más, comer rico y disfrutar a concho, pero sin duda lo mejor fue que durante un mes nuestro pequeño nucleo familiar de dos se amplió primero a tres y luego a siete, enriqueciendo las conversas y fortaleciendo los lazos.