Estas vacaciones de verano decidimos un día de semana, asi como que no quiere la cosa, juntarnos con el Emilio, la Judith el Vitoco y un comensal más a disfrutar las milagrosas propiedades degustativas de la vaca chilena. Lo impresionante de aquella velada no radica en los exquisitos vinos que bebimos durante la noche, ni tampoco en lo animada de la conversación. El componente principal, el "cantante" al que acompañaron todos los demás aditivos de esa noche de verano, fue la descomunal vaca que el Emilio sacó del refrigerador gigante para poner en la parrilla.
Uno suele tener amigos extraños a lo largo de su vida, de esos que antes de ir a jugar una pichanga prefieren quedarse en la casa jugando quake (Hans), o de los que en vez de comprarse algo encachado con su primer sueldo, deciden gastarse la plata en un lápiz (Negro Lucero jajaja). Claro que no hay que olvidar a los que practican kickboxing con las Palmeras (Vitoco) o a los que símplemente les pasa algo en el cerebro que les gatilla un delirio de persecución obligándolos a usar una bufanda eternamente para evitar mostrar un par de espinillas típicas de la adolescencia (chico Moraga). En fin... Todos esos frikis son algunos de mis compañers de colegio, pero aunque son personas con costumbres raras, nada ni nadie podría ganarle al matrimonio Emilio-Judith y es que me parece impresionante que para navidad en vez de recibir un obsequio convencional, como una tele o cualquier juguete tecnológico, hayan aparecido con una Vaca como regalo. ¿Quien se regala una vaca para navidad? y más aún ¿Cómo puede ser posible que el día del asado hayan dicho que "¡¡¡¡¡¡¡lamentablemente era solo la mitad por que no se la habían podido traer entera en la camioneta?!!!!!!!!!".
EN fin, ese día la pasamos espectacular, tanto que al final yo creo que por lo menos nos comimos la décima parte de la media vaca. "Los amigos no son más importantes que la plata... Yo prefiero tener plata y comprarme un amigo" dijo ayer el bombofica en el Festival de Viña del Mar y la verdad es que puede ser cierto, pero la felicidad que sentí cuando fui al correo y el chico Moraga me había enviado una polera de la UMCE (la Universidad donde el trabaja y donde yo estudié) o los bonitos recuerdos de la vaca a la parrilla que me han hecho escribir este blog y reírme gustosamente mientras me acuerdo, incluso podrían llegar a valer más que el hecho de tener unas lucas más o unas lucas menos.
Los dejo con un video clip de Amigos.
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